Estimada Comunidad Educativa:
P. Franco Zago Da Re
Rector
Estimada Comunidad Educativa:
P. Franco Zago Da Re
Rector
Estimada Comunidad Educativa:
Mayo no es un mes cualquiera en nuestro Liceo. Es el mes "patronal", el mes dedicado a san Leonardo Murialdo. Pero, ¿por qué este mes y no otro? ¿Ha habido una razón especial o un motivo preferencial para optar por este mes? De entrada podríamos recordar que el 18 de mayo celebramos la fiesta de Murialdo y así tener una respuesta evidente.
Con todo, si nos ponemos a profundizar sobre el argumento, surgen otras preguntas. Por ejemplo, ¿por qué no se ha puesto su fiesta el 26 de octubre, ya que nació en este día del año 1828? ¡Pues cualquier persona celebra su fiesta el día en que recuerda su nacimiento! Por otra parte, si uno hace una pequeña investigación sobre el día elegido para la fiesta de la mayoría de los santos, descubre que éstos son recordados habitualmente no tanto en la fecha de su nacimiento, sino en la del aniversario de su muerte. Por ejemplo, san Alberto Hurtado lo recordamos el 18 de agosto que corresponde al día de su fallecimiento y no el 22 de enero, el día en que nació. Y la razón es de carácter teológico: se quiere celebrar el día en que el santo fue al cielo, es decir, el día en que Dios lo llamó junto a sí en la Gloria de los Santos.
Pero entonces, ¿por qué la fiesta de Murialdo no se celebra el 30 de marzo cuando falleció? De hecho, murió en la madrugada del viernes, 30 de marzo, de 1900. ¡Así que la pregunta 'por qué el 18 de mayo' no sólo tiene sentido, sino que se vuelve más intrigante! Ya que ni el día ni el mes tienen relación con fechas significativas de la vida de Murialdo. Efectivamente, por cuanto uno vaya investigando y rebuscando en la vida de san Leonardo una relación con esta fecha, no la va a encontrar. En todo caso uno podría darse cuenta de que un 3 de mayo de 1970 fue declarado santo por el papa Pablo VI (quien, además, siete años antes, en 1963, un 3 de noviembre, lo había beatificado), fecha que no deja de ser significativa para la memoria de un santo.
En realidad, para encontrar una respuesta satisfactoria debo apelar a mi memoria, porque me temo no encontrar fuentes. Son recuerdos bastante nítidos porque remontan al año de la canonización de san Leonardo Murialdo (la canonización es la inscripción en el catálogo de los Santos realizada por el Papa en un acto solemne que celebra en la basílica de San Pedro de Roma). Era, entonces, todavía joven y acababa de empezar la carrera de estudios teológicos en la facultad de la congregación en Italia. Con todos mis compañeros de estudio vivimos en aquel tiempo unos meses de gran fervor, de mucha preparación y de entusiasta expectativa de cara a la solemne celebración en la basílica de San Pedro. Fue entonces que supe el por qué de la elección del 18 de mayo de boca del mismo que la eligió: el profesor de Liturgia (disciplina que profundiza el significado y regula los ritos y las ceremonias), una autoridad a nivel mundial en su materia, autor de varias publicaciones y del mismo Diccionario de Liturgia. Un día, conversando con él en un recreo, me decía que estaba buscando una fecha para la fiesta litúrgica de Murialdo, ya que no era conveniente dejarla el 30 de marzo. Enseguida le pregunté por qué no el 30 de marzo, si desde cuando entré en la congregación lo reconocía como el día de la memoria de Murialdo, precisamente porque conmemorábamos su "nacimiento para el Cielo". El padre me hizo una larga exposición de motivos que voy a sintetizar.
La primera opción fue obviamente dejar la fiesta para el 30 de marzo. Pero resulta que este día cae siempre o en cuaresma y en semana santa, o bien en plena semana de Pascua y tiempo pascual, dependiendo del año. Desde el punto de vista litúrgico estos períodos son considerados tiempos fuertes, en los que se debe evitar celebraciones solemnes o particulares, que no sean las prescritas para esos tiempos litúrgicos. Por ejemplo, este año, el 30 de marzo cayó en cuaresma, por lo que no se hubiese podido dar un adecuado clima de fiesta a la celebración en honor de san Leonardo.
Entonces, ¿por qué no octubre? - Pregunté al profesor. El mes de octubre no es adecuado - contestó el padre - porque no hay tiempo suficiente para realizar una adecuada preparación a la celebración. El motivo se entiende si tenemos presente que, a diferencia de Chile, en los países del hemisferio norte, las actividades escolares se inician normalmente en ese mes o a mediados del mes de septiembre; por lo tanto, un 26 de octubre resultaba demasiado encima para organizar bien la preparación.
Por estos motivos, el padre estaba pensando en el mes de mayo, que resultaba conveniente para las obras tanto del norte como del sur del hemisferio. Pero en aquel recreo el padre estaba todavía dudando entre dos fechas, elegidas entre las que no tenían conmemoraciones de otros santos muy conocidos. Al final obtuvo el beneplácito de la Santa Sede para el día 18.
No quiero terminar sin antes compartir una reflexión: no obstante la presencia de la congregación de los Josefinos en Chile desde hace más de 60 años, la Iglesia no ha puesto todavía en su calendario litúrgico la memoria de san Leonardo Murialdo. Lamentablemente hay que reconocer que esta falta se debe quizás a la misma congregación, por no haber presentado las instancias adecuadas ante los obispos de las diócesis, donde está presente, o ante la misma Comisión Litúrgica de la Conferencia Episcopal. Es de esperar que este "olvido" se resuelva pronto, porque nuestro santo es un gran santo, de mucha actualidad por su propuesta educativa y de mucha cercanía por su espiritualidad.
P. Franco Zago Da Re
Rector
Estimada Comunidad Educativa:
P. Franco Zago Da Re
Rector
Estimada Comunidad Educativa:
P. Franco Zago Da Re
Rector
Estimada Comunidad Educativa:
P. Franco Zago Da Re
Rector